La inquiokupación, la manera “legal” de okupar una vivienda
Publicada · Actualizado
Con la llegada del verano, reaparece el temor a los okupas. Estaremos fuera de casa varios días o incluso semanas, y no siempre tomamos las medidas necesarias para prevenir esta situación: dejar las llaves a algún vecino de confianza para que “eche un ojo” al piso, instalar alarmas con aviso a policía… Sin embargo, la realidad es que la okupación de viviendas se produce durante todo el año, no solo en verano.
Cuando leemos “okupación”, nos viene a la mente la forma clásica de okupar una vivienda: una persona que entra a las bravas, forzando la puerta o rompiendo una ventana. Existe, no obstante, otra forma de okupación, una manera en la que no se produce ningún deterioro de los elementos que forman la vivienda; es más, es el propietario quien les da las llaves a los okupas: la inquiokupación.
Antes de hablar de esta manera “legal” de okupar una vivienda, tenemos que distinguir entre la okupación y el allanamiento de morada, ya que son delitos diferentes con penas diferentes.
Diferencia entre allanamiento de morada y okupación
A veces, en la práctica, usamos estos términos como sinónimos, pero jurídicamente tienen distinta naturaleza.
El allanamiento de morada
El allanamiento de morada es un delito penado con entre 6 meses y 4 años de prisión. Se produce cuando un tercero entra en una vivienda (morada) sin el consentimiento del residente, independientemente de que la intención de esa persona sea vivir en ella o no.
En el ámbito legal, se entiende “morada” como el espacio cerrado y separado del exterior donde el titular lleva a cabo sus actividades de la vida cotidiana. Es decir, la morada es el lugar donde legal y físicamente vivimos. Por cierto, a diferencia de lo que mucha gente piensa, nuestra casa en la playa a la otra punta de España también es nuestra morada aunque solo pasemos en ella unos días al año.
Ante un allanamiento de morada, no es necesario una orden judicial para desalojar a las personas que han allanado nuestra casa: basta con una denuncia para que la policía intervenga y las desaloje cuanto antes, protegiendo así nuestro derecho a la inviolabilidad del domicilio recogido en la Constitución.
En el contexto del alquiler, nos gustaría recordar que el propietario no puede entrar al piso alquilado sin consentimiento del inquilino. De hacerlo, y a pesar de ser el propietario, estaría cometiendo justamente un delito de allanamiento de morada.
La okupación
La okupación no es un término recogido en el ámbito jurídico; más bien, hay que hablar de “usurpación del derecho de propiedad”. Esto significa que una persona entra en un inmueble que no es vivienda (morada) de nadie, como pueden ser los pisos en construcción, abandonados, vacíos, etc.
Por ejemplo, si somos propietarios de todo un edificio en el que legalmente no vive nadie y alguien “se instala” en uno de los pisos, estaría cometiendo un delito de usurpación, una okupación.
A diferencia del allanamiento de morada, en el que la policía puede actuar enseguida, ante un delito de usurpación sí se necesita una orden judicial para desalojar a los usurpadores, un proceso que, como sabemos, puede alargarse durante meses. En este caso, se trata de un delito leve castigado con multas de 3 a 6 meses.
Ya vemos que los conceptos “morada”, “vivienda”, “domicilio” y “residencia” son fundamentales para distinguir entre ambos delitos. Pero… ¿podría ser que el okupa fuera un inquilino con un contrato de alquiler legal?
La inquiokupación, cuando el okupa es inquilino
La inquiokupación, término formado por “inquilino” y “okupación”, es una práctica en auge que consiste en alquilar una vivienda con intención de okuparla más tarde.
Básicamente, el inquilino firma un contrato de alquiler perfectamente legal con el propietario, paga dos o tres meses de renta y, luego, deja intencionadamente de pagar. De esta manera, el okupa puede acceder a la vivienda legalmente, sin tener que recurrir a la violencia (deterioro de elementos, asalto, etc.).
En un caso de inquiokupación no se produce allanamiento de morada, ya que el contrato de alquiler reconoce que la vivienda alquilada es la morada de esa persona: la policía no podría desalojar inmediatamente al inquiokupa. Tampoco estaríamos ante un caso de okupación al uso, pues existe un contrato de alquiler en vigor.
Esta “tierra de nadie” legal se resuelve considerando al inquiokupa como un inquilino moroso, por lo que el propietario debería iniciar los trámites para desalojarlo cuanto antes.
¿Cómo detectar a un inquiokupa?
A pesar de que las apariencias engañan, sí que existen señales inconfundibles de que estamos negociando el alquiler con una persona que tiene intención de convertirse en okupa.
1. Pagar de una sola vez más mensualidades de las que recoge el contrato
Si el candidato a inquilino insiste en pagar más mensualidades de las mínimas legales (mes en curso o próximo, más fianza), posiblemente estemos ante un futuro inquiokupa. Disponer enseguida de más dinero del que pide puede ser una manera de “cegar” al propietario, que no dudaría en alquilar el piso a dicha persona.
En este punto nos referimos al pago de varias mensualidades de golpe, no a aquellos candidatos que ofrecen al propietario una mensualidad mayor porque realmente han encontrado el piso ideal para ellos.
2. No justificar la procedencia de sus ingresos
A la hora de alquilar un piso, es fundamental realizar un estudio de solvencia de los candidatos a inquilinos. Este método permite conocer de primera mano los ingresos de esa persona para evaluar si podrá hacer frente al pago de la renta. Para hacer este estudio, debemos solicitar amistosamente documentos como la renta, las nóminas, la vida laboral, etc.
Sin embargo, si el candidato se niega a proporcionar estos documentos, puede ser una señal de que tiene intención de inquiokupar el piso (y, justamente, pretenda esquivar este estudio pagando de golpe varias mensualidades, como indicamos antes).
Quien no tiene nada que esconder no debería poner pegas para enseñar este tipo de justificantes financieros. También sería sospechoso si los documentos que proporciona tienen incoherencias o faltan datos.
3. Insistir en poner los suministros a nombre del propietario
Los suministros (agua, luz, gas) suponen un gasto mensual que raramente un okupa querrá o podrá afrontar. Y no solo eso, sino que el posible inquiokupa sabe que, de hecho, es ilegal que el propietario corte los suministros de la vivienda, pues podría considerarse una falta o delito de coacción. Así, que sea el propietario quien los pague es una forma de asegurarse el suministro “indefinido” y gratuito de agua, luz y gas.
Por eso, si el candidato a inquilino insiste en que sea el propietario quien corra con los suministros, deberían saltar todas las alarmas “antinquiokupación”.
¿Cómo evitar a los inquiokupas?
Como sabemos, mejor prevenir que curar.
Las recomendaciones anteriores pueden resumirse en una sola: alquilar tu piso recurriendo a los servicios de las agencias inmobiliarias.
Acudir a profesionales del sector es la mejor forma de cubrirse las espaldas ante los inquiokupas, pues son quienes mejor conocen y aplican las pautas para descartar a los candidatos sospechosos.
Con agencias inmobiliarias online como Wolo, el proceso comienza con la puesta en alquiler del piso, difundiendo un anuncio atractivo que llame la atención de los candidatos. El siguiente paso es la realización del estudio de solvencia, comprobando escrupulosamente los datos y los ingresos del candidato a inquilino. Una vez elegido contigo el inquilino ideal, la firma del contrato se realiza de manera online, para que tú no tengas ni siquiera que desplazarte.
Igualmente, estarás protegido por el Alquiler Garantizado, un servicio de alquiler seguro gracias al cual tú cobrarás puntualmente cada mes pase lo que pase. De esta manera, el ingreso del alquiler lo tienes asegurado, sin periodos de carencia, sin esperas y sin retrasos. Y, repetimos, pase lo que pase.
¿Tienes un piso que te gustaría alquilar al mejor inquilino? Invierte en tranquilidad alquilándolo con Wolo, la plataforma de propietarios de viviendas en alquiler mejor valorada del país.
¡Hola! Soy Germán Rabellino, responsable de contenidos en Wolo. Nuestro objetivo es ofrecerte información precisa y valiosa sobre el mercado inmobiliario para que puedas tomar decisiones acertadas, en momentos correctos. En Wolo estamos revolucionando el sector inmobiliario, con el compromiso de hacerlo cada vez más cómodo, seguro y transparente para todos. ¡Espero que disfrutes de nuestros artículos!